La sexualidad humana es tan amplia y diversa como los mismos especialistas que desde diferentes disciplinas la han estudiado desde la antigüedad y no hay una postura única.
“No he sido la más experta sexual que digamos y creo que eso obedece a mi formación desde la casa y la escuela donde el solo término de fetichismo ya generaba escozor, ahora puedo decir que el hecho de ver a otros no en porno, sino en ternura y concentración por amarse me puede generar placer, incluso cuando hay un lenguaje cercano y expresado en sentido erótico y no guache me genera deseo, puedo declararme sapiosexual y lo catalogaría como fetiche”. Olga Lucía, 40 años.
“Para mí el solo contacto físico no cuenta, las tangas por ejemplo son mi proyección y mejor estímulo sexual, me gusta cada que estoy con una mujer quitarle sus bragas, olerlas, ponerlas en mi cuello y sentir su esencia, eso me da un placer indescriptible”. Sergio, 41 años.
“Yo disfruto de los juegos eróticos con cuerdas o esposas, sentirme atada genera un placer sexual indescriptible y me permite asumir la sexualidad con actividades no convencionales que desde lo personal estimulan y prolongan mi placer”. Marcela, 36 años.
La verdad es que el fetichismo ha sido causa de estudio de muchos especialistas desde la antigüedad y sigue siendo de interés en la ciencia, aunque poco a poco con el pasar de los años se le ha dado un giro para asumirlo sin tanto tabú y verlo como parte de las necesidades humanas, “el sexo es tan importante como comer” dice Jader, un joven Ingeniero de sistemas quien manifiesta que no entiende como sus padres y personas de edad se ruborizan cuando se habla de estos temas, si el cuerpo por sí solo cuando no se estimula es como si estuviera muerto y por eso le da valor a los fetiches.
Su origen lingüístico y etimológico
La palabra fetiche viene del término portugués “feitiço”, que significa “hechizo”. El término fue dado a conocer en Europa por el francés Charles de Brosses en 1757, así que el concepto ha sido explorado desde siglos antes.
Desde el origen lingüístico se dice fetichismo viene del latín, ficticias, ‘artificial; en portugués feitiço, ‘magia’, ‘manía’; en francés fétiche y es considerado una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un objeto fetiche, como una prenda de vestir o una parte del cuerpo en particular, o una acción.
Jesús Rodríguez, sexólogo y director del Instituto Sexológico Murciano, “el fetichismo es un tipo de excitación o atracción sexual hacia objetos inanimados, partes del cuerpo no genitales o situaciones concretas que por sí mismas no tienen un contenido sexual”.
Fetiches representativos
- Podofilia placer por los pies
- Urolagnia: placer por la orina en el momento sexual
- Retifismo, placer por los zapatos
- Otofilia, placer por las orejas
- Misofilia, placer por la ropa interior
- Voyerismo, excitación al ver personas desnudas o en actos sexuales.
- Autoandrofilia, vestirse con lencería sexy o disfraces sensuales. Esta práctica también materializa fantasías que son de gusto para muchas personas incluyendo el uso de juguetes sexuales.
Y tú, ¿qué fetiches tienes? ¿Te has permitido explorar estas u otras prácticas que movilicen el deseo y expandan el placer?
Los fetiches como actividades que estimulan el placer permiten también recrear la mente para explorar tu cuerpo y activar la dopamina cerebral que contribuye con el placer.
¡Anímate a descubrirte y explorar en pareja estas prácticas que pueden sorprenderte!