Deconstruyendo la sexualidad en edades superiores

“A menudo las personas dicen que aún no se han encontrado a sí mismas. Pero el sí mismo no es algo que uno encuentra, sino algo que uno crea”.

Thomas Szasz

Así como lo menciona este profesor emérito de psiquiatría en la Universidad de Syracuse en Nueva York, la sexualidad se convierte también en un medio donde el ser humano puede más que encontrarse, crearse. Esta creación hace referencia a la exploración personal y la generación de medios satisfactores para expandir a plenitud su existencia.

“Hay muchas maneras diferentes de tener relaciones sexuales y de lograr una sensación de intimidad, solo o con una pareja” dice Carmenza quien a sus 67 años sin tener una vida sexual activa o frecuente reconoce que es muy sano tener relaciones que generen deseo y placer. “Realmente el cuerpo y la mente sí recrean situaciones de experiencias que se han vivido y es muy gratificante esos momentos de agrado y satisfacción”.

“Yo me separé hace más de 20 años y aunque no he vuelto a casarme reconozco la sexualidad como esos momentos de conexión que desde una sonrisa o un abrazo se convierten en un puente para la expresión de cariño e intimidad que puede incluir muchos tipos de contacto íntimo o estimulación donde lo más importante es la seguridad de qué haces y cómo lo haces para sentir valor en tu propia existencia”

Hace poco salió una película protagonizada por Emma Thompson, una mujer que después de jubilada y al morir su esposo se da cuenta que no ha tenido un orgasmo, situación que la lleva a buscar adaptar su vida sexual para amoldarse a los cambios físicos, de salud y de bienestar emocional que siente que no ha vivido.

La actriz en la historia representa una vida muy común en casos de mujeres que por las generaciones que han vivido no han experimentado lo que en el común de otras personas puede ser parte de su vida real. Sobre todo en mujeres de generaciones anteriores quienes recibieron una educación muy represora sobre el placer y esto generó que fueran designadas para roles de esposas y madres sin que se permitiera una amplia exploración de su vida, se suma también la idea de algunos hombres quienes no asumían el respeto por sus mujeres legítimas y buscaban probar nuevas sensaciones eróticas con otras personas para expandir su propio placer, una visión egoísta al asumir que la mujer debía quedarse en casa y no movilizar el placer para el bienestar de ambos con sensaciones de erotismo en pareja como se propone a las nuevas generaciones.

“Yo no puedo quejarme, tengo 53 años, me casé a los 14 en el pueblo donde nací, mi esposo murió cuando tenía 28 años y desde ahí con 2 hijas y en el reconocimiento de mi maternidad y mi ser mujer no he tenido atajos para explorar relaciones que me den placer en todos los sentidos, no solo corporal, porque he entendido que una relación sexual por disfrutar el rato puede ser con un ‘X’, pero el orgasmo con su verdadera sensación de placer total requiere tiempo, conexión, magia en la mirada y en el contacto”, Marcela.

La invitación es no negarse a vivir diferentes experiencias, independiente de la edad, pues no podemos olvidar que el deseo no tiene una relación proporcional con el deber ser o la edad de las personas.

La sexualidad nos acompaña a los seres humanos en nuestro proceso evolutivo, nos ayuda a descubrirnos, y de alguna manera contribuye a que nuestra intimidad y/o exploración de placer nos permita reconocer el valor que tenemos como personas en el mundo que habitamos.

¡Vive plenamente tu sexualidad!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Asesoría? Escríbenos