No puede asumirse que estas prácticas son dañinas como se ha visto en algunos momentos de la historia, al contrario, son actividades que permiten conectarse en pareja y convertirlo en un medio para autodescubrirse y explorar el territorio corporal que expanden el placer con una comunicación clara y negociada en los límites de cada persona.
“Tuve con mi pareja un tiempo que la cotidianidad nos envolvió en costumbre y a veces no queríamos ni tocarnos, Ana se dedicaba mucho al trabajo, pero sabía que me amaba. Un día una pareja de amigos nos invitaron a un bar y en la conversación surgió el tema de prácticas BSDM, para mí el tema era nuevo así que empecé comprar objetos y promover juegos con Ana, el humor y la sensibilidad con que lo hice generó en nosotros tanto clic que la relación tuvo un cambio de 360°, nos hemos descubierto profundamente”. “Camilo, 40 años.
“Para mi eso es normal, soy bisexual y no tengo problema en practicarlo con quien logro establecer una relación duradera, aunque tampoco es con todos, la conversación es clave para identificar hasta dónde y cómo llegar para no afectar la vulnerabilidad del otro, Estefanía, 28 años.
¿Qué significa BSDM?
Es un acrónimo que incluye varias prácticas: el bondage, la disciplina, la dominación, la sumisión y el sadomasoquismo. Para entenderlas mejor lo describimos de la siguiente manera:
Bondage: Se refiere a los vínculos donde genera subordinación. En la historia se reconoce el bondage como el “lazo restrictivo que unía a amos y esclavos, o a señores feudales y vasallos”. En esta práctica incluye ataduras con sogas u objetos para movilizar juegos de roles de poder como: amo-esclavo, jefe-empleado, maestro-estudiante, médico – paciente, policía-detenido, etc.
Disciplina: esta práctica erótica implica juegos de reglas y castigos, una forma de adiestrar al otro para complacer sus deseos con protocolos de comportamiento y posturas de seducción.
Dominación: este juego sexual implica que una persona adopte un rol dominante para que la otra persona se convierta en el sumiso y cumpla sus órdenes y deseos, juego que fija acuerdos de ambas partes para poder definir qué se acepta y qué no.
Sadismo: el contexto de esta práctica se refiere al placer que obtiene una persona causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que en la negociación acepta el juego. Quien adopta el rol sádico debe cuidar todo el tiempo la situación de la persona que recibe el dolor o incomodidad con el fin de que no se sufra ningún daño, no se debe perder de vista que es un juego erótico buscando expandir el placer.
Masoquismo: a diferencia del sadismo, en este contexto la persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad en manos de otra persona que dentro del juego acepta producir dolor, proceso que se frena en el momento que lo decidan los participantes.
El fetichismo: aunque no hace parte de la práctica BDSM, es muy usual que se incluya en los juegos buscando igual el placer por la preferencia de algunas personas en objetos inanimados o partes del cuerpo que les permite experimentar mayor deseo.
“Vengo de una familia muy tradicional, a mi mamá no se le puede ni hablar de sexo oral porque ella se escandaliza, pero tuve un novio quien desde su erotismo me sedujo y hoy por hoy con las parejas que he tenido ya no concibo la sexualidad sin juego de roles entre la autoridad y la sumisión para tener muchos orgasmos juntos”. Milena, 43 años.
En Waba queremos acercarnos a la sexualidad sin tabúes ni prejuicios que limiten el beneficio de relaciones sanas y duraderas donde se fomente el placer a través del descubrimiento de sí mismo encontrando tranquilidad y bienestar personal.
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